Volví, felizmente no me desaparecí por un mes más.
Es poco probable que siga escribiendo durante esta y la siguiente semana pues estoy en exámenes parciales y tengo una que otra exposición que organizar.
En estos momentos, me encuentro en ESOS días. Para variar, amanecí con alergía (no sé si resfriada). No paro de estornudar, tengo la nariz rojísima como la de Rodolfo el reno. En pocas palabras, es un día en el que no me gusta mucho ser yo.
Ah y también siento algo de frustración por haber estudiado tanto para un examen fácil y que he rendido de manera mediocre. (Mi alergía/resfriado me ha jodido el día).
A pesar de eso, siento que de alguna manera nada puede ser mejor de lo que pasó anoche, en medio de una conversación sincera vía msn con M.A...
Anoche estudiaba, investigaba uno que otro dato para el examen.
Se conectó. Hablamos. Una conversación bastante amena (como casi siempre, ya que la semana ante pasada tuvimos una discusión estúpida).
De pronto, me comentaba que estaba a full, ocupadísimo, con muchos trabajos que presentar. Yo le dí ánimos, le dije que todo iría bien. Que se relajara un poco.
No imaginé que me daría una respuesta enorme y muy bonita.
En ella me decía que yo era una especie de escape de ese mundo adulto en cual se encuentra inmerso. Me dijo que era ese lado infantil, y tierno que nunca quería perder. Que mi manera de ser era especial. Que siempre escuchaba sus conversaciones sin sentido, mientras que yo les daba otro sentido más ameno, más relajado. Que le gustaba mucho hablar conmigo.
Me quedé SPEACHLESS, así, sin palabras. No sabía que podía significar todo eso para él. No sabía que de alguna manera una adolescente de 17 años le pudiera ser útil de esa manera.
Y es que a mi también me gusta hablar con él. Lo soporto cuando me dice que soy una niña y cuando quiere convencerme de que la ingeniería salvará al mundo. Me gusta molestarlo, agarrarlo de las mejillas como un niñito y agredirlo así de mentiras. Porque con él siento que no debo aparentar nada, que puedo ser tal y como soy. Me gusta tratarlo como a un niño, o como a un adulto. Él también me trata como niña, pero sin exagerar.
Sí, y me la pasé toda la noche pensando en sus palabras.
Tenía que estudiar, lo hice. Pero mi cabeza recordaba aquello que me dijo.
Hoy no lo he visto en la universidad. Probablemente lo vea este jueves, aún no estoy muy segura. Anda ocupado. Yo también. Pero él anda más ocupado. Está en facultad, tiene que tomarse las cosas en serio y estudiar mucho para cumplir sus metas.
Y ahí nace otra más de mis incertidumbres. Podría ser un chico de 5 años mayor, EL CHICO PARA MÍ? Podría existir algo, a pesar de que más adelante sus horarios y los míos se compliquen y sea casi imposible vernos?
Tal vez podría enamorarse de cualquier otra chica guapa, mucho más disponible o que sí coincida en sus horarios. Una chica mayor, más madura, con esa chispa infantil que desea, que termine la carrera el próximo año (al igual que él)... Probablemente sí, probablemente no.
He decidido dejar las cosas en manos de Dios, del destino y quien sabe, de la casualidad. No quiero atormentarme, ni ilusionarme instantáneamente. Trato de tomarme las cosas con calma.
Pero, por algo conocemos a algunas personas en nuestras vidas... por un propósito.
Y sea cual sea ese propósito, yo también me alegro de haberte conocido.
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